jueves, 18 de abril de 2024

La lengua de las ratas

Este sutil devenir
alegoría de goce interminable
llanto perpetuo
oposición al sol.
Este marcado punto en donde el retorno se hace el muerto
aquí donde crecen los gusanos
hamaco mi amor.
Aquí donde la noche desnuda su sonrisa
tenebrosa y ambulante
reviento contra las formas que se caen a mis pies.
Piso
camino
toco y no siento.
Tu voz muerta de catapulta
las lágrimas que nunca ví
los oídos sordos de no verme
y la lengua de las ratas
lamiéndome las mejillas.

 "Y es que desde que llamaste mi vida se alteró por completo"

Y vinieron las sombras a abrazarme, me derrumbaron la puerta, abrieron la heladera y se comieron todas las sobras. Me ataron a una silla, encendieron la tele y cual película muda en blanco y negro reprodujeron ese dolor que había escondido y olvidado en la basura. Una de ellas, porque eran muchas sombras, se hamacaba como en un columpio en el foco del cuarto. Todo eso me sabía a interrogatorio. De pronto devino un silencio, podía escuchar el latido de sus pulsos, irreverentes formas asomaban de sus ojos. No había lenguaje, pero yo entendía todo. No había voces, pero yo escuchaba todo. Logré reincorporarme de la silla, mis piernas temblaban, eran cuchillas clavadas en la alfombra. Caminé despacio hacia la ventana con la intención de tomar aire. Sentí la bisa, tan fría como tu ausencia y me largué a llorar.