Cada vez que descubro tu mirada
no puedo evitar que algo se rompa dentro mío.
Una infinita voz se alza
desde el abismo
de nuestro brutal
silencio.
Casi imperceptible
llega la sombra
vestida de colores
con los ojos ciegos
a devorarse este vacío que nada puede llenar.
Y si en este carnaval me visto de colmenas
las abejas de tus palabras no llegan a libar
toda esta miel que te tengo reservada.
Caí como nunca
en ese hueco amargo teñido de soledad
y furioso
con el llanto contenido
me rompo las uñas queriendo escalar por las paredes.
No veo nada pero siento todo
es que este invierno denso
en mi alma
se está devorando de a uno
a mis pobres pensamientos.
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