martes, 2 de febrero de 2021

Hay un pájaro muerto en el camino. El viento sopla fuertemente y mueve sus alas buscando reanimarlo. Hay una inscripción en el sendero que camino que dice "lo que muere se transforma".

El pájaro no se mueve, inmóvil sobre el piso no siente nada. Una horda de gusanos se revuelcan en su estómago, hay comida para todos. El carroñero sobrevuela la escena calculando el momento justo para llevarse la presa.
Un vuelo rasante, un momento estático, y ataca con toda su furia llevándosela.

Mis sentidos registran la escena, el carroñero no entiende de tiempos, sigue su instinto, devora y su estómago queda satisfecho.
El pájaro muerto no entiende de tiempos porque ya está muerto, ya no puede volar.
El viento no entiende el instinto ni tampoco la muerte, sólo sopla en una y otra dirección tratando de animar o apagar quién sabe qué cosa.
Yo no entiendo de pájaros ni de vientos ni de carroñeros pero me persiguen los gusanos.

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