martes, 2 de febrero de 2021

 Se hace necesario desterrar el automatismo que surge de mi voz, no escuchada. Abro mis oídos y descubro una voraz verdad envuelta en paradigmas viejos creados por la falsa existencialidad de yo. Dónde estoy parado si no es encima de una nube imaginaria formada a través de los años? Me pregunto: dónde quiero estar cuando sea yo mismo? Es menester traducir lo simbólico, perpetuar lo imaginario, cargarlo de emociones y vivenciar la realidad que ineludiblemente se manifiesta.

El combate es hacia adentro.
Días inertes, horas sin sentido buscando un sentido. Develar lo oculto, escucharse, ordenar, dirigirse, no negociar lo innegociable, manifestar.
Invento un nuevo patrón, me despojo de sentimientos absurdos que han creado una repetición extrema, destruir esos moldes impuestos por mi cultura personal se hace necesario en este trayecto.
Morir y resucitar en tantos días, sin abluciones ni rituales conjurados con formas alteradas, con sombras de caverna.
Entra el sol y el combate es hacia adentro, siempre es hacia adentro.

Y mientras termino de cocinar unos fideos vuelvo a la superficialidad del Yo. La próxima vez que me saque de este de este estado lo cago bien a patadas.

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